sábado, 22 de enero de 2011

vikingos

Creo en la teoría mágico-científica-romántica de la memoria celular. Algo así como que nuestras células guardan el secreto de todo lo que nos ha pasado durante nuestra vida, incluso la herencia de nuestros antepasados más remotos y eso nos condiciona irremediablemente inclinando nuestros gustos, manías, costumbres y deseos hacia un determinado lugar. Más o menos.
Me lleva a pensar que no somos libres del todo ya que estamos marcados y programados de una determinada forma; pero me parece una idea preciosa y me imagino a las células viejecitas de mi cuerpo contando al oido de las recién creadas los secretos más oscuros y antiguos.
Últimamente mis células me llevan por un mismo camino, no busco, me encuentran y me sorprendo dando vueltas hasta llegar al mismo lugar.
Un día tenía con alguien una discusión bastante simple; yo aseguraba que soy vikinga y el otro me daba una contundente razón para sacarme del error: no puedes ser vikinga, no tienes gorro con cuernos. Y qué? mi memoria celular dice que me gusta llevar los calcetines que me teje mi madre, que las patatas fritas hay que comérselas con los dedos y luego chupárselos,que me gusta ver salir el sol,que me gusta cerrar los ojos y olerme el pelo, que me encanta el silencio, que me pierden los hombres con traje y subidos en una bici y que por supuesto soy vikinga.


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